El miedo escénico, el miedo a ser juzgado o a ser valorado. El miedo escénico es el miedo a exponerse ante los demás. Es un miedo tan común que no te das cuenta de ello hasta que te toca hablar en público, o en otras situaciones en las que te encuentras obligado a exponerte. Aunque a veces dicho miedo varía según los contextos. Recuerdo un famoso cantante español que confesó haber sufrido un repentino miedo escénico. El cantante no había conocido nunca el miedo escénico hasta que después de unos años sin actuar en España, el primer día de su vuelta a un escenario español le sobrevino la idea de que tal vez su estilo musical había pasado de moda. Dicha idea le acompañó las horas previas a su concierto; cuando se dispuso a entrar en escena, sufrió algo parecido a un ataque de angustia.

Con lo expuesto anteriormente, pretendo puntualizar que el miedo escénico normalmente forma parte de la retahíla de fobias de la persona tímida (ver artículos sobre la timidez), pero que, también, cualquier persona puede sufrir un miedo escénico en circunstancias en las que estima que su valoración personal puede sufrir menoscabo.

Puede que tú no te consideres tímido, pero si en una situación, incluso habitual, observas indicios sobre la posibilidad de ser valorado o juzgado y, al mismo tiempo, dudas de los resultados de dicha valoración, en tal caso, sufrirás un miedo escénico; es decir, que sufrirás un mayor o menor grado de ansiedad. Un cierto grado de ansiedad que tienes que entenderlo como miedo escénico.

En el momento que estimes que debes tratar tu miedo escénico, entonces procederemos a averiguar cómo se ha generado dicho miedo; si es un miedo que forma parte de tu personalidad tímida o de un miedo aprendido tras tu dolorosa experiencia de sentirte rebajado en tu valoración personal. Este miedo aprendido lo llamaré, “miedo circunstancial”. O sea, a diferencia del miedo escénico de la persona tímida está el miedo escénico debido a un evento concreto que ha menoscabado tu valoración personal.

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