Lo primero sería distinguir entre miedo y ansiedad. Puedes atribuir al miedo las sensaciones de tensión y nerviosismo que sentimos frente a un peligro del que eres consciente; cuando te presentas a un examen, cuando te dispones a presentarte ante alguien que te infunde temor. El termino ansiedad lo reservamos para los episodios de tensión o nerviosismo en situaciones en las que no conocemos el peligro, son sensaciones de miedo sin motivo aparente.

Las cosas se complican más si te digo que en las situaciones que puedes calificar de miedo, también suelen haber ideas o motivos escondidos que te llevan a experimentar miedo. Me explico, ante un examen consideramos normal ponernos nerviosos, pero tenemos que preguntarnos si para todos los que se ponen nerviosos ante dicho examen existe el mismo motivo, la misma idea de peligro. Te sorprenderías al descubrir que todas las situaciones en que el peligro que provoca miedo parece evidente, para cada uno de nosotros los motivos o causas o ideas son diferentes. Quiero decir que con demasiada facilidad damos por sentado, en una situación concreta, el porque del miedo.

En la ansiedad, al no saber porque te sientes con sensaciones de miedo, al no poderlo atribuir a nada, te crees que estas enfermo, te ves como un enfermo, vulnerable e indefenso; por eso siempre buscas una explicación para lo que te pasa.

Tradicionalmente se ha buscado la explicación en el ámbito de la medicina. El que te digan que te falta una sustancia bioquímica en el cerebro reconforta, pero en muchos casos no es lo correcto (a excepción de los enfermos psiquiátricos graves como los psicóticos). En otros artículos explicaré como actuar ante la ansiedad. Aquí añado algo importante a saber. Tal vez hayas sufrido un episodio de ansiedad, te hayan prescrito medicación y al cabo de un tiempo has podido abandonar la medicación porque ya te sentías restablecido, y me añades que no te hizo falta saber la causa de la ansiedad. Te diré que este caso hipotético ocurre, pero hay que tener en cuenta que depende del tipo de ansiedad y, además, en cualquier episodio de ansiedad nuestro interior nos alerta de algo importante para nuestra vida, nuestra persona; vale la pena averiguar que es y evitar las recaidas.

Los eventos que te causan dolor y temor prefieres olvidarlos, pero lo que causa dolor y temor no se puede olvidar, se queda oculto para la mente consciente, pero tu interior que es tu gran protector siempre te lo recuerda; de ahí que cuando notas sensaciones de miedo (ansiedad) sin saber porqué, piensa que tu interior quiere avisarte o comentarte algo.

Lo que tu interior o inconsciente quiera comunicarte a través de la ansiedad, no significa que siempre sea algo real. Tu inconsciente puede querer avisarte de un peligro real y vigente, puede referirse a un peligro del pasado que ya no tiene vigencia o a un peligro imaginado.

Lo que digo sobre el inconsciente puede parecer enrevesado, y seguramente lo es. Bastará saber que nuestro interior o inconsciente es la parte de nuestra mente que retiene todo lo vivido, lo retiene y lo automatiza para que podamos disponer de las experiencias con rapidez. Es nuestra parte protectora. Por eso es bueno trabajar con nuestro interior para conservar lo provechoso y eliminar lo que sea obsoleto o no vigente.

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